El principio del embarazo puede ser detectado de diferentes maneras, incluyendo varias pruebas de embarazo que detectan hormonas generadas por la placenta recién formada. Pruebas clínicas de orina y de sangre detectan el embarazo desde los 6 a 10 días después de la concepción. Las pruebas de embarazo caseras son pruebas de orina personales, que normalmente no pueden detectar un embarazo sino hasta 12-15 días después de la fecundación. Ambos tipos de prueba solamente pueden detectar si la mujer está o no embarazada, pero no la fecha de inicio del embarazo.
Tal vez el primer signo presuntivo del embarazo sea la amenorrea o ausencia del período menstrual. Debido a que puede ocurrir amenorrea por causas distintas a un embarazo, no siempre es tomada en cuenta, especialmente si la mujer no tiene ciclos regulares. Sin embargo, pueden presentarse varios signos más que, junto a la amenorrea sugieren un embarazo, como son: la hipersensibilidad en los pezones, mareos, vómitos matutinos, somnolencia, alteración en la percepción de olores, y deseos intensos de ciertos tipos de alimentos (antojos). Esto lo puedes notar a partir del segundo al tercer mes de la concepción.
Otro signo de sospecha del embarazo es el cansancio, caracterizada por astenia, debilidad y somnolencia. Aunque algunas mujeres sienten renovada energía, la mayoría confesarían sentir intensa fatiga. Algunas afirman quedarse dormidas a cualquier hora del día, a veces al poco de haber salido de la cama, y otras aseguran sentir tal somnolencia en la sobremesa. Otras sienten cansancio pronunciado al llegar la noche. Dicha fatiga es a menudo incontrolable y exige el sueño. Nunca se ha encontrado una explicación a este extraño deseo de dormir. Es un síntoma frecuente en los primeros meses del embarazo y se cree que es un efecto de la elevada producción de progesterona. Esta hormona es un sedante para los seres humanos, con fuertes efectos tranquilizantes e hipnóticos.[4] En las etapas posteriores se presenta otro tipo de fatiga debida simplemente a cansancio corporal, pero rara vez ocurre en el primer trimestre del embarazo.
Al cabo de dos semanas de ocurrida la fecundación se notará la ausencia de menstruación. El cese de la menstruación en una mujer sana en edad reproductiva y sexualmente activa, que hasta entonces ha tenido un ciclo menstrual regular y predecibles, es un signo muy sugestivo del embarazo. Es un signo sospechoso del embarazo denominado amenorrea y no es exclusivo de la gestación. Además del embarazo son causas de la amenorrea una enfermedad física, algunas de cierta gravedad—tumores del ovario, trastornos de la glándula tiroides y muchos otros—un choque muy fuerte, anorexia, el efecto de un viaje en avión, una operación, estrés o la ansiedad pueden retrasar la menstruación.
En ocasiones, después de la concepción, se observan uno o dos episodios de hemorragia uterina que simulan la menstruación y se confunden con ella. Es denominado signo de Long-Evans y es más frecuente en multíparas que en primigestas.
A continuación se detalla el cambios en la madre y en el bebé mes a mes:
La tensión arterial se encuentra algo baja y el volumen sanguíneo del organismo aumenta un 10%, notándose en gran medida en la zona genital, así la vulva y la vagina adquieren un color más oscuro y azulado. Los cambios en los pechos continúan, se hacen más grandes, pesados y sensibles. La areola mamaria se vuelve de un color más oscuro. El útero aumenta de tamaño, pudiendo provocar molestias y sensación de pinchazos, aunque todavía no se perciben cambios en la zona del vientre. Sin embargo se puede notar el abdomen más ensanchado y los muslos ligeramente hinchados. En este mes pueden aparecer ardores, estreñimiento y calambres en las piernas.
Tal vez el primer signo presuntivo del embarazo sea la amenorrea o ausencia del período menstrual. Debido a que puede ocurrir amenorrea por causas distintas a un embarazo, no siempre es tomada en cuenta, especialmente si la mujer no tiene ciclos regulares. Sin embargo, pueden presentarse varios signos más que, junto a la amenorrea sugieren un embarazo, como son: la hipersensibilidad en los pezones, mareos, vómitos matutinos, somnolencia, alteración en la percepción de olores, y deseos intensos de ciertos tipos de alimentos (antojos). Esto lo puedes notar a partir del segundo al tercer mes de la concepción.
Otro signo de sospecha del embarazo es el cansancio, caracterizada por astenia, debilidad y somnolencia. Aunque algunas mujeres sienten renovada energía, la mayoría confesarían sentir intensa fatiga. Algunas afirman quedarse dormidas a cualquier hora del día, a veces al poco de haber salido de la cama, y otras aseguran sentir tal somnolencia en la sobremesa. Otras sienten cansancio pronunciado al llegar la noche. Dicha fatiga es a menudo incontrolable y exige el sueño. Nunca se ha encontrado una explicación a este extraño deseo de dormir. Es un síntoma frecuente en los primeros meses del embarazo y se cree que es un efecto de la elevada producción de progesterona. Esta hormona es un sedante para los seres humanos, con fuertes efectos tranquilizantes e hipnóticos.[4] En las etapas posteriores se presenta otro tipo de fatiga debida simplemente a cansancio corporal, pero rara vez ocurre en el primer trimestre del embarazo.
Al cabo de dos semanas de ocurrida la fecundación se notará la ausencia de menstruación. El cese de la menstruación en una mujer sana en edad reproductiva y sexualmente activa, que hasta entonces ha tenido un ciclo menstrual regular y predecibles, es un signo muy sugestivo del embarazo. Es un signo sospechoso del embarazo denominado amenorrea y no es exclusivo de la gestación. Además del embarazo son causas de la amenorrea una enfermedad física, algunas de cierta gravedad—tumores del ovario, trastornos de la glándula tiroides y muchos otros—un choque muy fuerte, anorexia, el efecto de un viaje en avión, una operación, estrés o la ansiedad pueden retrasar la menstruación.
En ocasiones, después de la concepción, se observan uno o dos episodios de hemorragia uterina que simulan la menstruación y se confunden con ella. Es denominado signo de Long-Evans y es más frecuente en multíparas que en primigestas.
A continuación se detalla el cambios en la madre y en el bebé mes a mes:
PRIMER MES:
Desde el primer mes de embarazo, gran parte de las futuras madres esperan ver los primeros cambios en vientre pero el útero todavía no ha aumentado de tamaño, aunque pueden sentirse algo hinchadas y con molestias y pinchazos similares a los que se producen en el periodo premenstrual. El primer cambio físico apreciable es el aumento en la tensión, volumen y congestión de los pechos debido al incremento en los niveles de progesterona y estrógenos. También se produce un aumento en las ganas de orinar debido al aumento del flujo de sangre, pasando por los riñones mayor cantidad de líquido. En algunas mujeres se producen ligeros sangrados con una duración de un par de días, en estos casos, aunque generalmente no tiene repercusiones, es recomendable comunicárselo al ginecólogo.
SEGUNDO MES:
La tensión arterial se encuentra algo baja y el volumen sanguíneo del organismo aumenta un 10%, notándose en gran medida en la zona genital, así la vulva y la vagina adquieren un color más oscuro y azulado. Los cambios en los pechos continúan, se hacen más grandes, pesados y sensibles. La areola mamaria se vuelve de un color más oscuro. El útero aumenta de tamaño, pudiendo provocar molestias y sensación de pinchazos, aunque todavía no se perciben cambios en la zona del vientre. Sin embargo se puede notar el abdomen más ensanchado y los muslos ligeramente hinchados. En este mes pueden aparecer ardores, estreñimiento y calambres en las piernas.
TERCER MES:
La tensión arterial se encuentra algo baja y el volumen sanguíneo del organismo aumenta un 10%, notándose en gran medida en la zona genital, así la vulva y la vagina adquieren un color más oscuro y azulado. Los cambios en los pechos continúan, se hacen más grandes, pesados y sensibles. La areola mamaria se vuelve de un color más oscuro. El útero aumenta de tamaño, pudiendo provocar molestias y sensación de pinchazos, aunque todavía no se perciben cambios en la zona del vientre. Sin embargo se puede notar el abdomen más ensanchado y los muslos ligeramente hinchados. En este mes pueden aparecer ardores, estreñimiento y calambres en las piernas.
CUARTO MES:
Al final de este mes el útero sigue creciendo y ya se encuentra por debajo del ombligo. Esto provoca que aparezcan molestias a nivel abdominal, la compresión de los nervios de la piernas, produciendo con frecuencia calambres nocturnos y la compresión de la vejiga, aumentando la necesidad de orinar. A partir de este mes es probable que aparezcan los conocidos antojos, preferencias, en ocasiones extrañas a la hora de comer. Las probabilidades de aborto a partir de este mes se reducen en gran medida, la placenta completa su formación y algunas embarazadas pueden comenzar a notar los movimientos del feto. Es momento más indicado para comenzar a hacer ejercicio como caminar, natación y el yoga. El aumento de peso hasta este mes es de unos 4 ó 5 kilogramos.
Los tobillos y muñecas pueden hincharse, generalmente al final del día y si se está mucho de tiempo de pie. Esto se debe a la compresión de las venas por el útero que dificultan el retorno venoso y los cambios hormonales, favoreciendo la aparición de varices El útero sigue su crecimiento y ya se encuentra a la altura del ombligo. A partir de la semana 20 crecerá alrededor de 1 cm cada día. Este crecimiento favorece la aparición de estrías por el estiramiento de la piel. En este mes ya es normal notar los movimientos fetales, que serán más evidentes durante la noche mientras se está acostada. Al término de estas semanas el aumento normal de peso se estima en 5 ó 6 kilogramos.
SEXTO MES:
El útero se encuentra por encima del ombligo, lo que provoca molestias a nivel costal y púbico. Este crecimiento del útero ejerce presión sobre distintas partes del organismos, como en el estómago produciendo ardores y reflujo en los intestinos produciendo gases, flatulencias y estreñimiento y sobre la vejiga produciendo una aumento en la necesidad de orinar y las infecciones. A medida que el útero crece, también lo hace el volumen de la barriga provocando que la piel se estire lo que favorece la aparición de estrías, molestias y picores en la zona. Se produce una sensación de torpeza debido a que el tamaño de la barriga comienza a desplazar el centro de gravedad del cuerpo hacia delante. Para compensar este cambio, se produce una mayor curvatura de la espalda denominada hiperlordosis lumbar. Al final de este mes la ganancia de peso es de entre 5 y 7 kilogramos.
SÉPTIMO MES:
El útero ya se encuentra a unos 10 centímetros por encima del ombligo. La presión del útero sobre la región púbica favorece la aparición de varices vulvares. El aumento de peso normal es de unos 9-10 kilogramos, por lo que es bastante normal el hinchazón leve de los tobillos al final del día por la alteración del retorno venoso.La mujer embarazada puede sufrir una ligera caída del cabello, que se recupera tras el parto, y aumento de vello en zonas como la cara, brazos, piernas, espalda y encima del pubis. Así como notar que las uñas crece con mayor rapidez y más quebradizas. Las estrías pueden aparecer con mayor claridad, sobretodo en la zona abdominal, caderas y pechos. Es el momento ideal para comenzar las clases de preparación al parto.
OCTAVO MES:
La presión generada por el útero sobre las venas pélvicas, junto al aumento de los niveles de hormonas sexuales provoca la aparición de varices de distinto calibre y coloración en las piernas.La presión a nivel pélvico aumenta debido a que el feto comienza a encajarse en el canal de parto, que puede producir calambres y molestias en la vagina, que se inflama y aumenta de tamaño. Además se producirá un aumento en la cantidad de secreción vaginal espesa y de coloración blanquecina.Durante el transcurso del octavo mes, el útero puede comenzar a ponerse duro con frecuencia, provocando que la barriga adquiera una forma irregular. Se trata de las contracciones de Braxton-Hicks.
Contracciones de Braxton-Hicks: | ||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Son contracciones esporádicas, no regulares, de baja intensidad y sin dolor. Se trata de una especie de entrenamiento del útero para el trabajo de parto. NOVENO MES: Debido al encajamiento del feto en el canal del parto (entre los huesos pélvicos), la barriga se nota en una posición más baja y el dolor costal pasa a ser púbico. La sensación de cansancio y pesadez es cada vez mayor El útero alcanza los 40 centímetros y se sitúa a la altura del esternón. El peso total ganado a lo largo del embarazo es de entre 11 y 15 kilogramos. Aquí teneis algunos libros por si quereis más información en el noveno mes de embarazo:
Consejos y curiosidades en el noveno mes de embarazo:
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